Durante el verano, muchos viajeros acostumbran a recorrer diversas regiones del país y una de las más deslumbrantes para recorrer es viajar al norte argentino.
A través de itinerarios por las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán se puede entrar en contacto más de cerca con las culturas autóctonas, a la vez que se recorren increíbles paisajes de puna, montañas, yungas, quebradas, valles fértiles y pueblos detenidos en el tiempo. Antes de comprar tus vuelos para viajar al norte argentino, mirá estas curiosidades de una de las regiones más mágicas del país.
Iruya, como hace 250 años
Para los que visiten la provincia de Salta, a alrededor de 300 km. de la capital, se encuentra este pueblo que no se puede dejar de conocer. Iruya está emplazada a más de 2.700 metros sobre el nivel del mar, rodeado de los ríos Colazulí y Milmahuasi y da la sensación de que se encuentra como colgado de las montañas. Esta particular ubicación que le da la característica de una isla en el medio de las montañas, hizo que sus habitantes mantuvieran sus costumbres, tradiciones, calles empedradas y vestimentas como hace 250 años. Su belleza geográfica, sus costumbres y su gente hacen que este pueblo salido de un sueño sea una parada obligatoria para los que vuelan a Salta.
Feria de Simoca, la más antigua del país
A 50 km. al sur de San Miguel de Tucumán, funciona el mercado más grande la provincia y el más antiguo de la Argentina, ya que su origen se remonta al tiempo de la colonia. En el siglo XVII funcionaba una feria semanal donde había una posta de caballos y se comerciaba con la ley del trueque (que en algunos casos todavía se aplica). Además, debido a su ubicación, en un importante cruce de caminos, por lo que siempre fue punto de reunión. Desde hace más de 300 años que todos los sábados se realiza la Feria de Simoca, donde se vende de todo: frutas, verduras, comida hecha, queso de cabra, cigarrillos de chala, artesanías en cuero, madera, hueso, plata, tejidos y animales, entre otras cosas. Algunos productores todavía llegan en los sulkys, a tal punto que se pueden ver un centenar de estos carros estacionados en las calles de alrededor, por lo que a Simoca también se la conoce popularmente como la “Capital Nacional del Sulky”.
Pucará de Tilcara, el elegido del rock
El Pucará de Tilcara es el mayor atractivo de esta localidad jujeña. En aquel entonces, los aborígenes decidieron fijar su residencia en la cima de los cerros de difícil acceso, para defenderse de los ataques. Pero los pucarás no solo tenían fines defensivos sino también religiosos, sociales, económicos y de control ya que desde esa altura se podían controlar los campos de cultivo circundante y las viviendas de los campesinos.
Pero además esta fortaleza, una de las más importantes y conocidas de las antiguas poblaciones prehispánicas de la región de Humahuaca, fue utilizada como escenario de dos conocidos grupos de rock argentinos. Por un lado, Soda Stereo la utilizó para ambientar su popular videoclip “Cuando pase el temblor” del año 1985; y también Intoxicados grabó en el 2005 el video de su tema “Niña de Tilcara” en el Pucará, uno de los lugares imperdibles para visitar para los que vuelen a Jujuy.
La Iglesia de Uquía, y su antiguo secreto
A 12 km. de Humahuaca se encuentra la pequeña aldea de Uquía, cuyo emblema es su iglesia que en su interior alberga las enormes pinturas de los “ángeles arcabuceros”: figuras aladas, armadas y vestidas como aristócratas del siglo XVII. Declarada Monumento Histórico Nacional, la Iglesia fue levantada en 1691, bajo la advocación de San Francisco de Paula. Los ángeles arcabuceros de Uquía son además los únicos del mundo que fueron pintados con sus nombres al pie, si bien algunas figuras y nombres no responden con exactitud a las representaciones tradicionales: Gabriel, Rafael, Uriel, Salamiel, Yeriel, Eliel, Hosiel y Oziel.
Estos seres alados armados todavía despiertan mucha curiosidad y vale la pena visitarlos, para conocer un poco más de los secretos que esconde el norte Argentino.
Quebrada de Humahuaca, y sus colores
Declarada Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en julio de 2003, la Quebrada de Humahuaca maravilla a todos los que llegan hasta allí. También, a la mayoría de los que llegan hasta allí, les surge la pregunta de a qué se deben los diferentes colores del Cerro de los Siete Colores.
Según una leyenda, cuando se formó el pueblo de Purmamarca, los cerros de alrededor no tenían colores y eran iguales a todos los que se conocen en el mundo. A los niños que habitaban allí les parecía muy aburrido y pidieron a los mayores que hagan algo para que el pueblo fuera más colorido. Pero los padres no sabían que hacer y pensaron que ya se acostumbrarían al cerro sin color tal como ellos lo habían hecho. Así fue que los niños decidieron juntarse y escaparse durante siete noches para pintar los cerros. La séptima noche los mayores se despertaron y no encontraron ni un niño en su cama, ni en el pueblo. Comenzaron a preocuparse hasta que se dieron cuenta que podrían estar en los cerros. Así fue que encontraron el cerro pintado en siete colores y bajando del mismo se veía a los niños llenos de felicidad. Desde ese día Purmamarca tiene un cerro con siete colores y cada año se festeja en las escuelas el día de los siete colores.
Otra explicación es que sus peculiares colores son producto de una compleja historia geológica que incluye sedimentos marinos, lacustres y fluviales elevados por los movimientos tectónicos. De esta manera, las sierras presentan distintas tonalidades de acuerdo a los minerales que las conforman: el color salmón se debe a la arcilla roja, el color blanquecino a la piedra caliza, los marrones y morados al plomo, el color rojo a las arcilitas (hierro), el verde al óxido de cobre y el color amarillento al azufre.
Si ya armaste tu itinerario, no esperes más para comprar tus vuelos a Salta, Jujuy o Tucumán y disfrutar de una de las regiones más deslumbrantes de nuestro país.